"adicciones"

Las adicciones son un síndrome constituido por un conjunto de signos y síntomas característicos. El origen de las mismas es multifactorial, entre los que podemos mencionar factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales.

Graciela Cosentino
Graciela Cosentino
6 de June · 5569 palabras.
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🕘 Resumen

El artículo aborda el tema de las adicciones, las cuales son un síndrome que se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas, cuyo origen es multifactorial y puede estar relacionado con factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Algunos síntomas de las adicciones son el deterioro progresivo de la calidad de vida de la persona, la pérdida de control caracterizada por la práctica compulsiva de la conducta adictiva, la negación o autoengaño y el uso a pesar del daño que causa, entre otros. Además, la persona que padece una adicción busca cambiar compulsivamente su estado de ánimo y puede desarrollar una tendencia a incrementar la dosis de su adicción. Las adicciones pueden desarrollarse tanto a sustancias psicotrópicas como a actividades, juegos de azar, comidas, sexo, trabajo y relaciones interpersonales. Es posible que exista una predisposición biogenética a desarrollar estas enfermedades y pueden producirse cambios neuroquímicos en las personas con desordenes adictivos. En resumen, es importante detectar y tratar a tiempo las adicciones para evitar un deterioro mayor en la calidad de vida del individuo y mejorar su bienestar en general.


ADICCIONES
Lic.Graciela L.Cosentino

Las adicciones son un síndrome constituido por un conjunto de signos y síntomas característicos. El origen de las mismas es multifactorial, entre los que podemos mencionar factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales.

Algunos síntomas característicos de las adicciones son:
• Daño o deterioro progresivo de la calidad de vida de la persona, debido a las consecuencias negativas de la práctica de la conducta adictiva.
• Perdida de control caracterizada por la práctica compulsiva de la conducta adictiva.
• Negación o auto engaño que se presenta como una dificultad para percibir la relación entre la conducta adictiva y el deterioro personal.
• Uso a pesar del daño, lo cual se manifiesta como la práctica continuada de la conducta adictiva. Este daño es tanto para la persona como para los familiares
• La persona que padece una adicción busca cambiar compulsivamente su estado de ánimo, y aunque quiera evitarlo una fuerza lo impulsa a repetir el consumo de la droga en mayores cantidades, más veces o con mayor frecuencia, esperando experimentar los efectos de la sustancia.
• Un inmanejable deseo o necesidad (compulsión) por continuar usando drogas, así como obtenerlas a cualquier costo.
• Una tendencia a incrementar la dosis.
Existen cambios neuroquímicos involucrados en las personas con desordenes adictivos y que además es posible que exista predisposición biogenética a desarrollar estas enfermedades.
Puede desarrollarse adicciones tanto a sustancias psicotrópicas como a actividades y hasta relaciones. Algunos casos de adicciones que podemos mencionar son:
• Sustancias psicotrópicas, como el alcohol, la nicotina y diferentes tipos de drogas
• Juegos de azar
• Comidas o componentes comestibles
• Sexo
• Trabajo
• Relaciones interpersonales
El término adicción designa, en castellano, la inclinación o el apego a alguien o a algo.
    En el origen latino de la palabra addictum, quiere decir lo adjudicado o designado u ofrendado. En tiempos de la república romana este vocablo designó al hombre que para saldar una deuda se convertía en esclavo, por carecer de otros bienes.
    El adicto es una persona propensa a la práctica de algo.
El adicto aparece como un despojado, alguien que presenta problemas de personalidad, con conflictos de la identidad y adopta una impropia, como único modelo posible.
La adicción es una conducta, una forma de vincularse, es una huella de una patología social, familiar e individual.
La cultura y la comunidad están implicas en el tratamiento de las personas adictas.
El adicto al consumir drogas lo hace en respuesta a una fantasía psicótica de realización personal, pero sabe también que el consumo de drogas es promovido, en las sociedades contemporáneas, por intereses económicos y políticos, que han hecho de la explotación del hombre un medio de lucro y un recurso de poder.
La realidad externa se nos vuelve agobiante y caótica, con sus presiones, exigencias, con su permanente sensación de inseguridad, por tal motivo es que muchas personas recurren frecuentemente a elementos estimulantes, como pueden ser tranquilizantes, pastillas para dormir o para mantenerse despiertos, etc. Así podríamos continuar nombrando infinidad de elementos.
Cuando hablamos de adicciones no nos estamos refiriendo solamente a las drogas ilegales, sino que en esta terminología estamos incluyendo a toda una variedad de situaciones, conductas y elementos, también a aquellos que están dentro de lo que consideramos legales y que se ofrecen seductoramente, siendo las que matan en mayor cantidad y producen mayores mutilaciones.
La droga es una cosa, es lo que se deposita en ella lo que la convierte y el uso que se le dé, lo que la convierte en droga.
Como planteábamos antes, la realidad circundante nos empuja hacia la búsqueda de un paliativo, pero no todas las personas se terminan recluyendo en esta solución mágica. Para que esto ocurra es necesario que a esta situación se le agreguen otros elementos, como podrían ser una débil construcción de la personalidad, incapacidad para la frustración, la búsqueda inmediata de la satisfacción, así como un aspecto emocional infantil.
Estas personalidades buscan llenar un vacío, apelando a una sustancia.
Consumo.
Existen diferentes momentos: el momento del probar, el uso frecuente, como podría ser el consumidor esporádico, el de fin de semana y por último el adicto.
No es tan fácil poder determinar el momento en que se da el pasaje de un estadio a otro.
El sujeto cree estar en un paraíso, siendo en realidad el camino de la destrucción.
Al modificar solo su percepción de la realidad, se convierte en un sometido al conjunto de normas, familiares y sociales, que rechaza y no en el rebelde que cree ser.
Probar es un impuso natural y normal, fundamentalmente en los adolescentes, y esa es la etapa en que con mayor frecuencia se traspasa el umbral de la adicción.
No es tan fácil detectar el momento de entrada en la adicción, pues entra en juego el mecanismo de la negación, pero no es algo diferente lo que ocurre en la constelación familiar, pues también se juegan sus propios compromisos en dicha problemática, impidiéndole reconocer sus signos.
Todo adicto es un sumiso, no un rebelde, pues no modifica el mundo externo, que es el que no le gusta, lo que modifica la percepción de ese mundo, pero a cambio de un alto precio.
Presentan cuatro rasgos característicos: la obsesión, consecuencias negativas, falta de control y negación.
La obsesión: no puede pensar en otra cosa que no sea en la sustancia, es vivida en forma obsesiva que dirigirá su tiempo, energía y atención. Presenta un pensamiento compulsivo.
Consecuencia negativa: en el inicio se da una situación gratificante pero a mediano plazo empieza a tener consecuencias negativas en su vida (relaciones-trabajo-economía-salud psíquica-salud física-conducta).
Se produce una alteración en los vínculos con los amigos, la flia., la pareja, hay pérdida de confianza y aislamiento, suele restarle tiempo a su trabajo, falta de rendimiento, descuidos, pérdida del trabajo, genera deudas, padece una amplia gama de trastornos (irritabilidad, actitudes defensivas, baja autoestima y sentimientos de culpa). Conlleva a la aparición de síntomas (trastornos de apetito, insomnio, úlceras, etc.), se vuelven egocéntricos.
Falta de control: Creen que pueden controlar a la droga (la cantidad, la frecuencia, aspectos omnipotentes).
La negación: suelen minimizar las situaciones (no es tan grave), culpar a otros (quien no haría esto en mi lugar).

Aspectos familiares
Toda adicción tiene su fuente inspiradora en la flia. O en el medio social inmediato y/o mediato.
Partiendo de la célula narcisismo-madre fálica, la posibilidad de salida del encierro narcisista, en la ejecución de una función paterna legisladora.
Están siempre desafiando a la autoridad, está la trasgresión como rasgo.
La madre se encuentra idealizada, en permanente complicidad, burlando tal función.
El adicto busca con constancia la ley (cárcel-enfermedad-muerte), para luego negarla (no me va a pasar nada, yo la manejo, yo la controlo).
Se siente infalible, producto de un psiquismo infantil, también presenta ideas omnipotentes y mecanismos mágicos.
También tienen un componente melancólico, con rasgos depresivos.
Siempre tuvieron el lugar del chico difícil.
Suelen presentar conductas exhibicionistas y dramáticas.
Uno suele ver que se dan citaciones de trasgresión en el padre.
Hijos que están atrapados en el deseo de la madre, castran al padre, denunciando su impotencia.
El padre suele serlo todo: un abogado sin título, un extremista, ser un hombre para dos mujeres, pero no puede con su hijo, acá trastabilla, se derrumba.
Siempre en esa flia. De la que uno de sus miembros se desvía y se dedica a las drogas, hay un modelo de adicto o varios, aún cuando ninguno de ellos haya incursionado en el terreno de lo ilegal.
Nos queremos, nos necesitamos, nos sostenemos, nos reclamamos, todos somos uno. Los integrantes de un grupo que se sienten así, se conectan a través de un sistema de vasos comunicantes rellenos de una sustancia densa y pegajosa. Componen una flia. Simbiótica y pegoteada. Todos están metidos en la vida de todos, actúan sin discriminación de límites.
La personalidad de uno invade la personalidad de otro.
Al otro no se le respeta como tal, sino que se toman decisiones por él, por lo tanto, se va configurando un modelo familiar donde la manipulación y la mentira establecen la modalidad de comunicación.
Cuanto menos nos juntemos mejor sobreviviremos. Si nos acercamos nos destruiremos.
El otro queda como una extensión de sí mismo.
En una familia de características adictivas generalmente hay una mamá muy débil, probablemente depresiva, necesitada de la estima de afuera para compensar la que desde adentro no tienen, tienen poca autoestima, tienen una gran necesidad del otro o de una sustancia que las tranquiliza, también son ansiosas, confusas, con una serie de dificultades emocionales que nunca fueron resueltas ni comprendidas. Cuando estas mujeres tienen un hijo, probablemente, revivan el propio fracaso de su vínculo con su madre.
El padre suele estar en el lugar de no ver, para que no le pidan a él lo que no tiene y no puede dar, así, aislado, hace como si funcionara como el hombre de la casa, a costa de los otros.
Así, éste chico queda capturado en una trampa, solo y si saber como salir, en ese contexto, la droga viene a ocupar el lugar de un intento de corte, de separación, de quedar discriminado de este lugar y de este deseo, intento fallido, intento que también es una trampa.

Drogadicción
La drogadicción es una enfermedad biopsicosocial, caracterizada por el abuso y la dependencia de sustancias químicas. Produce graves problemas físicos, familiares, laborales y sociales.
Cabe destacar que el interés público prevalece sobre las libertades individuales cuando éstas afectan derechos e intereses de terceros. En sí esta dependencia es una forma de conducta social disvaliosa, pero no cumple los principios fundamentales como para que esta conducta sea merecedora de penas. Podemos señalar que la aplicación de medidas frente a esta situación, provoca un aumento de los perjuicios y no así de los beneficios que puede acarrear.
Los sistemas actuales de tratamiento para adictos tienen escasa efectividad. Generalmente para la recuperación se plantea la creación de granjas comunitarias, con un régimen flexible, y de amplia y activa participación familiar y social.

¿Qué es la adicción?
La adicción es un estado de periódica y crónica intoxicación, nocivo para el individuo y la sociedad producido por un repetido consumo de una droga (natural o sintética).

Rol del Estado en la Prevención del Uso de Drogas

La Prevención del Uso de Drogas se apoya fundamentalmente en la trilogía Hogar – Escuela – Estado; aunque el papel del Estado es cada vez menor.
¿Cómo detecta el docente a un alumno que se droga?. En primer lugar hay indicios que están relacionados con la droga: cambios en la apariencia, en la forma de conducirse, podemos encontrar entre sus pertenencias instrumentos que se utilizan para drogarse como papel para armar cigarrillos, pastillas, jeringas, pegamentos. Además:
• Existe agresión cuando alguien toca el tema;
• Toman cerveza, coleccionan latas;
• Es probable que baje su rendimientos intelectual, pierden concentración y rapidez para desviar su atención, sufren de algunos vacíos en el pensamiento.
Esta situación también debe ser observada por los padres, generalmente hay conductas de engaños, robos, apatía general. No hay que confundir observación con persecución que provocará rechazo. Lo esencial es prestar atención a algunos cambios que son provocados por la adicción; algunos de ellos son: pupilas dilatadas, ojos enrojecidos, nariz goteante, excitación, falta de equilibrio en el andar, marcas de pinchazos en los brazos. Hay que saber discernir los síntomas provocados por la droga y los que aparecen por otras causas, por esta razón no hay que efectuar evaluaciones apresuradas. Debe existir acercamiento del docente y esto permitirá y facilitará la consulta o el pedido de ayuda, es cierto, que en este contexto histórico, y con la cantidad de alumnos de las escuelas secundarias es difícil crear las condiciones de observación adecuadas, por eso es imprescindible la capacitación de los docentes, brindarles la posibilidad de perfeccionarse, y que sea capaz de advertir estos cambios; el docente debe estas atento e informado.
Las herramientas de prevención que se utilizan son:
Métodos disuasivos.
Métodos informativos.
Métodos que promueven la salud mental.
Métodos Disuasivos: estos métodos señalan los peligros que conlleva el uso de drogas.
Métodos Informativos: entienden que al tener mayor información, se corre menos riesgo de caer en la adicción.
Promoción de la salud mental: se trabaja con jóvenes que tienen problemas psicosociales y están dentro del grupo que tiene mayor riesgo de consumir sustancias psicoactivas.
Cuando dentro de la Escuela se detectan problemas de consumo de drogas o de alcohol, es necesario implementar programas de información y solicitar el apoyo a un programa de Prevención para que el individuo reciba tratamiento adecuado, pero en el momento de la detección de un alumno adicto, el paso siguiente es dar participación a la familia y proponer que se lo acerque a un centro de atención especializado.
Consumo-adicción

Una diferencia fundamental de la toxicomanía de masas respecto del consumo de drogas propio de las sociedades tradicionales es que, en estas últimas, el consumo se integra en el conjunto de las prácticas sociales propiciando el restablecimiento de los lazos generacionales (ritos de iniciación), mientras que la expresión actual del consumo coincide con la desligadura del lazo social propio de la sociedad moderna

"La conducta adictiva" aparece en las distintas estructuras clínicas, y obliga hacer diagnósticos diferenciales especialmente en presencia de abulia, desinterés y otros fenómenos que se suele encontrar en sujetos adictos, semejantes a los fenómenos negativos de la esquizofrenia.

  En filosofía, Giorgio Agamben, caracteriza las sociedades actuales desde el punto de vista de la transformación del valor de la experiencia como otorgante de autoridad, propio de las sociedades tradicionales, ubicando el fenómeno de la droga, tal como se presenta desde el siglo XIX, en la línea de la pérdida de la posibilidad de hacer experiencias. Esto llevó a estudiar la experiencia en su relación a la responsabilidad en el marco psicoanalítico. El adicto es alguien que suele referirse a su "experiencia" como algo intransmisible, al punto que prefiere ser tratado por un ex adicto, porque éste pasó por la " misma experiencia". La posición subjetiva del toxicómano, es diferenciable de la del sujeto deprivado, tal como Winnicott lo plantea. La impulsividad que aparece como rasgo característico de la tendencia antisocial implica trazar la relación del sujeto a la experiencia. Una vía: robo, mentira, destructividad, producen en el otro una reacción. Se instala un círculo acción — reacción que se retroalimenta. Una segunda vía implica reconocer en el accionar disruptivo un mensaje, convocando al otro, no a una reacción sino a una respuesta al llamado, que debe dar lugar al gesto espontáneo Exigencia entonces de un marco que haga posible la habilitación de una vía para una experiencia posible.

Se diferencia la experiencia como transmisible que se da en el tratamiento psicoanalítico de la experiencia como goce, ligado a la pulsión de muerte, como muda, en la toxicomanía.. El goce es intransmisible.

Toxicomanía y marco cultural actual

La relación de la toxicomanía con el marco cultural actual determinó que hay coincidencia en plantear el problema de la toxicomanía, su pasaje de lo privado a lo público (De Quincey), como un hecho propio del mundo moderno y de la sociedad occidental en particular, que data del siglo XIX. La toxicomanía de masas, se extiende a escala mundial, como fenómeno de los últimos 30 años. El debate respecto a la legislación, la prohibición o liberalización, tocan el punto del límite de la intervención del Estado respecto a los derechos individuales. Este debate, en los últimos años, ha entrado en la sociedad científica argentina bajo otro cariz, que ya no toma como eje prohibición/ liberalización de las drogas sino que lleva el nombre de "reducción de daños". En un inicio, los programas de reducción de daños no hallaron acogida en la Argentina como estrategias asistenciales para afrontar la problemática de la toxicomanía. Según el argumento más generalizado, dicha actitud se habría debido a que se consideraba que esa metodología de intervención respondía sobre todo a las peculiaridades y terapéutica propia de la heroinomanía, forma de dependencia ésta prácticamente inexistente en estas latitudes. Progresivamente en nuestro país la expresión "reducción de daños" comenzó a ocupar un lugar, al ligarse a la prevención de enfermedades infectocontagiosas — fundamentalmente el VIH/SIDA — vinculadas con ciertas formas de la toxicomanía. Pero como estrategias para afrontar en forma específica a esta patología, recién hace pocos años que se ha introducido su debate en la Argentina. Como signo de este interés puede mencionarse la participación de representantes de la Secretaría Nacional para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR) en eventos internacionales ligados al tema, como la 10° Conferencia Internacional de Reducción de Daños Asociados a las Drogas, realizada en Ginebra en Marzo de 1999 —. O la realización de Jornadas organizadas por la misma Secretaría, con el objeto de exponer a discusión las políticas de reducción de daños, de las cuales, las últimas tuvieron lugar los días 2 y 3 de agosto del presente año. Si bien el actual estado del debate es incipiente, es seguro que se extenderá — conjuntamente con el intento de implementación práctica — ya que puede considerarse que los programas en discusión no responderían simplemente a peculiaridades de la heroinomanía, sino a una forma de concepción de las toxicomanías y su clínica.

El placer adjudicado a las drogas ha llevado a una banalización de lo que es la dependencia. Hay actualmente una complicidad estética de la belleza lánguida que va unido al estilo tóxico, que entonces ya no tiene la connotación de lo prohibido La película Transporting da cuenta de esto. Las iniciativas relacionadas con la "reducción de daños", apuntan a prevenir el HIV, la hepatitis y otras enfermedades contagiosas. Este lleva más que a una pregunta sobre las adicciones a una estabilización de la dependencia. Se distribuye heroína y metadona que piensan que el "placer pleno" obtenido por la droga no se puede eliminar. La droga se convierte en la mercancía por excelencia., mercancía que no requiere de una publicidad explícita como los otros productos de consumo. Se trata de una automedicación para modificar la sensibilidad del cuerpo. La neurofarmacología hace pensar que las drogas tienen efectos similares a los que actúan en las células cerebrales para regular nuestras alegrías y tristezas. Se promueve al Prozac como una cocaína ideal.

Lacan dirá que la droga separa al niño de su pequeño pene, haciendo alusión a que en la toxicomanía no hay goce fálico, goce que significa alguna ligadura a la palabra. El goce en la toxicomanía sería un goce artificial. La droga sería así la proveedora de lo que la literatura ha dado en llamar: "los paraísos artificiales".

El término adicción designa, en castellano, la inclinación o el apego a alguien o a algo.
    En el origen latino de la palabra addictum, quiere decir lo adjudicado o designado u ofrendado. En tiempos de la república romana este vocablo designó al hombre que para saldar una deuda se convertía en esclavo, por carecer de otros bienes.
    El adicto es una persona propensa a la práctica de algo.
El adicto aparece como un despojado, alguien que presenta problemas de personalidad, con conflictos de la identidad y adopta una impropia, como único modelo posible.
La adicción es una conducta, una forma de vincularse, es una huella de una patología social, familiar e individual.
La cultura y la comunidad están implicas en el tratamiento de las personas adictas.
El adicto al consumir drogas lo hace en respuesta a una fantasía psicótica de realización personal, pero sabe también que el consumo de drogas es promovido, en las sociedades contemporáneas, por intereses económicos y políticos, que han hecho de la explotación del hombre un medio de lucro y un recurso de poder.
La realidad externa se nos vuelve agobiante y caótica, con sus presiones, exigencias, con su permanente sensación de inseguridad, por tal motivo es que muchas personas recurren frecuentemente a elementos estimulantes, como pueden ser tranquilizantes, pastillas para dormir o para mantenerse despiertos, etc. Así podríamos continuar nombrando infinidad de elementos.
Cuando hablamos de adicciones no nos estamos refiriendo solamente a las drogas ilegales, sino que en esta terminología estamos incluyendo a toda una variedad de situaciones, conductas y elementos, también a aquellos que están dentro de lo que consideramos legales y que se ofrecen seductoramente, siendo las que matan en mayor cantidad y producen mayores mutilaciones.
La droga es una cosa, es lo que se deposita en ella lo que la convierte y el uso que se le dé, lo que la convierte en droga.
Aspectos familiares
Toda adicción tiene su fuente inspiradora en la flia. O en el medio social inmediato y/o mediato.
Partiendo de la célula narcisismo-madre fálica, la posibilidad de salida del encierro narcisista, en la ejecución de una función paterna legisladora.
Están siempre desafiando a la autoridad, está la trasgresión como rasgo.
La madre se encuentra idealizada, en permanente complicidad, burlando tal función.
El adicto busca con constancia la ley (cárcel-enfermedad-muerte), para luego negarla (no me va a pasar nada, yo la manejo, yo la controlo).
Se siente infalible, producto de un psiquismo infantil, también presenta ideas omnipotentes y mecanismos mágicos.
Presenta un rápido pasaje al acting-aut.
También tienen un componente melancólico, con rasgos depresivos.
Siempre tuvieron el lugar del chico difícil.
Suelen presentar conductas exhibicionistas y dramáticas.
Uno suele ver que se dan citaciones de trasgresión en el padre.
Hijos que están atrapados en el deseo de la madre, castran al padre, denunciando su impotencia.
El padre suele serlo todo: un abogado sin título, un extremista, ser un hombre para dos mujeres, pero no puede con su hijo, acá trastabilla, se derrumba.
Siempre en esa flia. De la que uno de sus miembros se desvía y se dedica a las drogas, hay un modelo de adicto o varios, aún cuando ninguno de ellos haya incursionado en el terreno de lo ilegal.
Nos queremos, nos necesitamos, nos sostenemos, nos reclamamos, todos somos uno. Los integrantes de un grupo que se sienten así, se conectan a través de un sistema de vasos comunicantes rellenos de una sustancia densa y pegajosa. Componen una flia. Simbiótica y pegoteada. Todos están metidos en la vida de todos, actúan sin discriminación de límites.
La personalidad de uno invade la personalidad de otro.
Al otro no se le respeta como tal, sino que se toman decisiones por él, por lo tanto, se va configurando un modelo familiar donde la manipulación y la mentira establecen la modalidad de comunicación.
Cuanto menos nos juntemos mejor sobreviviremos. Si nos acercamos nos destruiremos.
El otro queda como una extensión de sí mismo.
En una familia de características adictivas generalmente hay una mamá muy débil, probablemente depresiva, necesitada de la estima de afuera para compensar la que desde adentro no tienen, tienen poca autoestima, tienen una gran necesidad del otro o de una sustancia que las tranquiliza, también son ansiosas, confusas, con una serie de dificultades emocionales que nunca fueron resueltas ni comprendidas. Cuando estas mujeres tienen un hijo, probablemente, revivan el propio fracaso de su vínculo con su madre.
El padre suele estar en el lugar de no ver, para que no le pidan a él lo que no tiene y no puede dar, así, aislado, hace como si funcionara como el hombre de la casa, a costa de los otros.
Así, éste chico queda capturado en una trampa, solo y si saber como salir, en ese contexto, la droga viene a ocupar el lugar de un intento de corte, de separación, de quedar discriminado de este lugar y de este deseo, intento fallido, intento que también es una trampa.

ABUSOS DE SUSTANCIAS

Características

La característica esencial del abuso de sutancias consiste en un patrón desadaptativo de consumo de sustancias manifestado por consecuencias adversas significativas y recurrentes relacionadas con el consumo repetido de sustancias.  Puede darse el incumplimiento de obligaciones importantes consumo repetido en situaciones en que hacerlo es físicamente peligroso, problemas legales múltiples y problemas sociales e interpersonales recurrentes.  Estos problemas pueden tener lugar repetidamente durante un periodo continuado de doce meses.  A diferencia de los criterios para la dependencia de sustancias los criterios para ello no incluyen la tolerancia, la abstinencia ni el patrón de uso compulsivo, y , en su lugar, se citan únicamente las consecuencias dañinas del consumo repetido. Un diagnostico de sustancias predomina sobre el abuso desustancias en la medida en que el patrón del consumo de las sustancias coincida con los criterios para la dependencia acordes con esa clase de sustancias.   Aunque es más probable un diagnóstico de abuso de sustancias en los sujetos que han empezado a tomar las sustancias recientemente, alguno de ellos continúan experimentando consecuencias sociales adversas relacionadas con la sustancia durante un largo período de tiempo sin presentar signos de dependencia.

La categoría de abuso de sustancias no es aplicable a la nicotina ni a la cafeina. 

El sujeto aparece intoxicado o con otros síntomas relacionados con la sustancia cuando se espera de él el cumplimiento de obligaciones importantes en el trabajo, escuela o en la casa.   Puede haber repetida ausencias o un rendimiento pobre en el trabajo debido a resacas repetidas.  Un estudiante puede incurrir en ausencias relacionadas con la sustancia, expulsiones de la escuela mientras esta intoxicado, también puede descuidar a sus hijos o las obligaciones de la casa,  pudiendo intoxicarse repetidamente en situaciones que son físicamente peligrosas ( conduciendo, accionando maquinarias, o durante actividades recreativas de riesgo, como natacion, o escalada ).  Pueden existir problemas legales rucurrentes relacionados con las sustancia (arresto por comportamiento escandaloso, asalto y violencia, o por conducir bajo los efectos de la sustancia).   El sujeto puede continuar el consumo de la sustancia a pesar de un historial de repetidas consecuencias indeseables, tanto sociales como interpersonales (Conyugales, divorcio, violencia verbal o física).

Algunas características  a ser tenidas en cuenta para diagnosticar al consumidor de sustancias.  Ellas estan basadas en síntomas y caracterisiticas de personalidad.

A) Un patron desadaptativo de consumo de sustancias que conlleva un deterioro o un malestar clínicamente significativo expresado por uno o más de los ítems siguientes durante un periodo de 12 meses.

1. Consumo recurrente de sustancias que da lugar al incumplimiento de obligaciones en el trabajo, la escuela o la casa ( ej.  Ausencias repetidas o rendimiento pobre relacionados con el consumo de sustancias; ausencias, suspensiones o expulsiones de la escuela relacionadas con la sustancia; descuido de los niños o de la obligaciones de la casa).

2. Consumo recurrente de la sustancia en situaciones en las que hacerlo es físicamente peligroso ( conducir automóvil o accionar máquinas bajo los efectos de la sustancia.)

3. Problemas legales repetidos relacionados con la sustancia (ej. Arrestos por comportamientos escandalosos debido a la sustancia

4. Consumo continuo de la sustancia con problemas sociales continuos o recurrentes causados o exacerbados por los efectos (ej. Discusiones con la esposa acerca de las consecuencias de la intoxicación o violencia fisica.)

B. Los síntomas no han cumplido nunca con los criterios para la dependencia de sustancias de esta clase de sustancia.

Patron familiar:

Vulnerabilidad, hogares con falta de autoridad en la función paterna,  abandono afectivo aunque este esta disimulado con la presencia de ambos padres, pero en su actuación son ausentes o mezquinos en prodigar afecto, comprensión,  reconocimiento y valoración de la actuación y presencia del infante.  Situaciones traumáticas, no elaboradas, sobre una base de personalidad vulnerable.  Estado de stress continuo , a veces crónico en la que influyeron factores sociales o ambientales o catástrofes. 

En general la tendencia al alivio del malestar con la ingesta de drogas se observa desde la infancia.

Discusión, conclusiones finales, interrogantes

En tanto la tesis dominante entre los agentes del cuidado de la salud, actualmente, pone en primer plano, la política de reducir riesgos (repartir jeringas, narco-salas, etc).sin interrogar el uso del placer implicado en la toxicomanía, planteo que esa política hace de pantalla a la pregunta por el placer implicado en el consumo. El traslado de la cuestión de la toxicomanía del campo de la psiquiatría (manía) o del psicoanálisis, para incluirlo en un campo más general, el de la política del cuidado de la salud, dejando de lado la clínica, para poner el acento en una conducta, el riesgo infeccioso, pone el acento en la prevención y no de la dirección de la cura de un sujeto adicto.

El enfoque del psicoanálisis adquiere un lugar privilegiado, porque guardando la tarea a emprender una íntima vinculación con su método, aporta además la posibilidad de concebir la toxicomanía no como un observable fáctico, sino como una forma de captura del objeto en el entramado subjetivo.

Se observa que la imposibilidad de erradicar la droga del mundo, ha llevado en estos momentos a una cierta forma de concebir la atención de los adictos, que propone un cambio significativo respecto de lo que antes se hacía. Esto cobra relevancia si se tiene en cuenta que la existencia de droga no es un fenómeno novedoso. Pero quizás lo que esté demostrando es que la manera en la que se presenta la toxicomanía en nuestra época, sí es novedosa, por estar constituida como hemos indicado por el entrecruzamiento de discursos que hacen de la droga su objeto. Hoy la toxicomanía no es una patología deslindada de su contexto cultural. No es una afección atemporal.

Si se da crédito a la afirmación de que la toxicomanía de nuestros días no es una formación ajena a lo que de ella se diga y de lo que con ella se haga, la implementación de nuevos programas necesariamente repercutirán en su manera de presentarse y requiere una profunda indagación, donde interactúen con relación a una posición clínico- ética— la concepción del placer- responsabilidad del sujeto, en estas nuevas técnicas de reducción de daño. No nos independizamos por ende de lo "actual", pero dejamos abierto el interrogante por la cuestión en estas nuevas postura sobre las adicciones, del lugar del sujeto del psicoanálisis, que se abre si la pregunta que se sostiene es por el deseo, el goce, el placer. Es decir si sostenemos la diferencia entre cuerpo y organismo en tanto la posición freudiana sobre el cuerpo recusa la reducciónde lo somático a lo orgánico (biomédico), interrogando el retorno al cuerpo de ese goce inabordable que cuestiona el vínculo entre el ser hablante y el sustrato corporal.

En Noviembre de 1990, la "Resolución de Frankfurt de Ciudades Europeas Sobre Política de Drogas" declaraba que se había comprobado que "...El intento de eliminar tanto el suministro como el consumo de drogas en nuestra sociedad ha fracasado. La demanda de drogas continúa al día de hoy, a pesar de todos los esfuerzos educativos, y todo indica que tendremos que seguir conviviendo con la existencia de drogas y consumidores de drogas en el futuro". Luego de una reseña de los daños que la adicción llevaba aparejados, la mencionada resolución afirma lo siguiente sobre la atención que se les debía brindar a los adictos: "...las ofertas de ayuda no deben estar subordinadas a una total abstinencia de drogas. La ayuda no debe estar únicamente encaminada a una total ruptura con las dependencias, sino también a permitir una vida digna con drogas". A continuación, en dicho documento se exponen algunas ideas sobre intervenciones a realizar en la dirección sugerida incluyendo que "...La prescripción médica controlada de drogas a consumidores empedernidos debe analizarse sin prejuicios y con la vista puesta en la reducción del daño. Debe posibilitarse un ensayo con métodos científicos" La resolución de Frankfurt es tomada en 1998 en la "Declaración de Ciudades Europeas por una Política sobre Drogas". En ésta — y sobre la base de afirmar un enfoque pragmático y no ideológico — se incluye como uno de los cuatro puntos principales a encarar el de la reducción de daños. Al respecto afirma: "La reducción de daños consiste en ayudar a los actuales consumidores de drogas a sobrevivir y a superar las crisis agudas, dolorosas y sociales. Para este fin se consideran todas las medidas que contribuyan a evitar las serias infecciones y otros males que amenazan al consumidor de drogas. La asistencia básica, el intercambio de jeringuillas, las salas para el consumo y la administración de sustitutivos o, si es necesario, de las drogas originales, son claros ejemplos de este punto".

El trabajo con jóvenes que sufren patologías adictivas como la drogadicción, nos muestra la dificultad de los padres para establecer limites a conductas inapropiadas previas a la adicción, cierto fracaso no en el rol nutritivo sino en el normativo. Los adictos por regla general , no son personas que tienen carencias afectivas sino mas bien carencias de limites, es decir en la incorporación de la norma. Un país sin un código interno o constitución se transforma en una anarquía. Lo mismo pasa con las familias.
No existen vacunas contra la droga ni soluciones mágicas, solo los valores y normas familiares opuestos al uso de drogas, en combinación con un fuerte vinculo entre padres e hijos y una comunicación abierta, promoverán el desarrollo saludable y reducirán las posibilidades de que nuestros jóvenes recurran a las drogas.


BIBLIOGRAFIA

 www.infodoctor.org
 www.es_asi.com.ar
 www.sepsiquiatria.org
 DSM-IV- Manual de Diagnóstico Psiquiátrico

Espero que los jóvenes lo lean con atención.
Gracias

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