El Hierro, Pasado, Presente y Futuro

La lucha por el hierro transcurre a través de toda la historia de la humanidad, iniciándose en los milenios IV y III antes de nuestra era, cuando por primera vez aprendió el hombre a dominar y manejar este metal. La lucha por el hierro transcurre a través de toda la historia de la humanidad.

Pepe G
Pepe G
28 de July · 528 palabras.
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🕘 Resumen

El hierro es el metal más importante de la naturaleza, siendo la base de la civilización y la industria, además de un arma de guerra y de trabajo. La historia del hierro se remonta a los milenios IV y III antes de nuestra era, cuando por primera vez el hombre aprendió a dominar y manejar este metal. Es difícil encontrar en toda la Tabla de Mendeléev otro elemento tan ligado con el pasado, presente y futuro de la humanidad. Plinio el Viejo, uno de los primeros mineralogistas de la antigua Roma, habló admirablemente del hierro, describiendo cómo con este metal, el hombre pudo construir casas, trabajar la tierra, plantar huertas y viñedos, pero también luchar y hacer la guerra. Incluso dotaron al hierro de plumas para que pudiera volar y alcanzar más rápido a sus enemigos, lo que según Plinio, fue el artificio más depravado del ingenio humano. En resumen, la lucha por el hierro ha marcado toda la historia de la humanidad y sigue siendo un elemento clave en la industria y la tecnología moderna.
 El hierro no es sólo el metal más importante de la naturaleza que nos rodea, sino también la base de la civilización y de la industria, un arma de guerra y de trabajo pacífico. Es difícil encontrar en toda la Tabla de Mendeléev otro elemento que se halle tan ligado con el pasado, presente y futuro de la humanidad. Con palabras admirables habló del hierro uno de los primeros mineralogistas de la Roma antigua, Plinio el Viejo, que pereció en el año 79 de nuestra era durante la erupción del Vesubio asfixiado por el "polvo y cenizas vomitadas por el volcán"; así escribió, refiriéndose a Plinio, el mineralogista ruso Vasili Severguín hace más de cien años.

En su magnífica traducción leemos las páginas vivas de la historia del hierro, tal como fue descrita por Plinio: "Las minas de hierro hicieron don al hombre del arma más excelente y más perversa. Ya que con ella hendimos la tierra, plantamos las matas, labramos los campos de las feraces huertas y, podando las viñas silvestres con uva, las hacemos retoñar cada año. Con esta arma construimos casas, demolemos las piedras y empleamos el hierro en usos análogos. Pero con ese mismo hierro hacemos la pelea, la lucha y el pillaje; y le utilizamos no sólo de cerca, sino también lanzándolo alado a lo lejos, ya desde troneras, con las vigorosas manos, bien en forma de flechas emplumadas. En mi opinión, este es el artificio más depravado del ingenio humano. Pues para que la muerte alcance más pronto al hombre, la hicimos alada, dotamos de plumas al hierro. De todo lo cual hay que adjudicarse la culpa al hombre y no a la naturaleza".

La lucha por el hierro transcurre a través de toda la historia de la humanidad, iniciándose en los milenios IV y III antes de nuestra era, cuando por primera vez aprendió el hombre a dominar y manejar este metal.
Es posible que al principio se limitara a recoger las piedras caídas del cielo, los meteoritos, y de ellos elaboró utensilios parecidos a los que usaban los aztecas de México, los indios de América del Norte, los esquimales de Groenlandia y los habitantes del Cercano Oriente. No en vano existe una antigua leyenda árabe en la que se dice que el hierro es de origen celestial.

Incluso, en el lenguaje kóptico se le llama "piedra del cielo". Los árabes, haciendo eco a las antiguas tradiciones egipcias, decían que en el desierto de Arabia llueven gotas de oro del cielo; en la tierra, el oro se transforma en plata y, después, en hierro negro,como castigo a las tribus que intentan posesionarse de las dádivas del cielo.

Durante mucho tiempo, el hierro no adquirió amplia difusión, puesto que su extracción por fusión de los minerales presentaba grandes dificultades, y, las piedras caídas del cielo, los meteoritos, eran muy escasos.
Solamente a partir del primer milenio de nuestra era, el hombre aprendió a fundir los minerales de hierro, y la edad de bronce fue reemplazada por la edad de hierro que se mantiene hasta nuestros días en la historia de la civilización.

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