Fachadas para Casas Modernas

Tradicionalmente, la fachada ha sido al mismo tiempo la estructura y el cerramiento del edificio, y por tanto la capacidad de abrir huecos para iluminar, ventilar, o disponer de vistas al exterior ha sido limitada.

Cristian Abeldia
Cristian Abeldia
2 de July · 751 palabras.
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馃晿 Resumen

La fachada es la parte exterior de un edificio que se encarga de expresar y caracterizar la construcción, siendo la única vista desde el exterior. Por esto, su diseño arquitectónico es fundamental y ha evolucionado a lo largo de la historia para adaptarse a las nuevas técnicas constructivas. Antiguamente, la fachada también era la estructura y el cerramiento del edificio, lo que limitaba la capacidad de abrir huecos para iluminación y ventilación. Sin embargo, la evolución del muro de carga y del vidrio permitió ampliar estos huecos, convirtiéndose en una carrera tecnológica para protegerlos y abrirlos. Aunque la existencia del vidrio se remonta a Mesopotamia y Egipto, su uso relevante en la construcción no fue hasta el siglo VII con la expansión árabe. La utilización del vidrio en fachadas ha generado un interés creciente por realizar aperturas de huecos en ellas. En la antigua Roma, se empleaba el lapis specularis como acristalamiento antes de la popularización del vidrio.
Una fachada es, por extensi贸n, cualquier paramento exterior de un edificio; aunque por defecto, cuando se habla de fachada, se hace alusi贸n a la delantera o principal, indic谩ndose m谩s datos en caso contrario (fachada trasera, fachada norte, etc.)

La fachada es objeto de especial cuidado en el dise帽o arquitect贸nico, pues al ser la 煤nica parte del edificio percibida desde el exterior, muchas veces es pr谩cticamente el 煤nico recurso disponible para expresar o caracterizar la construcci贸n. La componente expresiva est谩 tan arraigada en el concepto de fachada, que en ocasiones se hace referencia a la cubierta como la 芦quinta fachada禄 cuando 茅sta posee una intenci贸n est茅tica.

La fachada ha experimentado multitud de transformaciones a lo largo de la historia por su condici贸n de soporte o lienzo para los distintos estilos arquitect贸nicos. Sin embargo, los cambios m谩s profundos han sido consecuencia de la evoluci贸n de las t茅cnicas constructivas.

Tradicionalmente, la fachada ha sido al mismo tiempo la estructura y el cerramiento del edificio, y por tanto la capacidad de abrir huecos para iluminar, ventilar, o disponer de vistas al exterior ha sido limitada. El desarrollo hist贸rico de la fachada ha sido pues una carrera tecnol贸gica en pos de ampliar estos necesarios huecos.

El tama帽o y disposici贸n de los huecos ha estado condicionado fundamentalmente por dos limitaciones: la capacidad para abrirlos (evoluci贸n del muro de carga), y la capacidad de protegerlos (evoluci贸n del vidrio).

Aunque la existencia del vidrio est谩 documentada desde hace m谩s de 5.000 a帽os en Mesopotamia y Egipto,[2] y a pesar de que el imperio romano lo difundiera por Europa ya en el 300 a. C.,[3] no se puede hablar de una utilizaci贸n relevante de este material en la construcci贸n hasta el siglo VII y la expansi贸n 谩rabe. A partir de entonces, la posibilidad de realizar aperturas de huecos en fachada empez贸 a generar un inter茅s creciente.

En la antigua roma, antes de la popularizaci贸n del vidrio, se empleaba como acristalamiento el lapis specularis; un tipo de roca trasl煤cida de yeso del tipo de la selenita.

La incapacidad para fabricar vidrios de grandes dimensiones se resolvi贸 subdividiendo las hojas de ventana en cuadrados m谩s peque帽os, capaces de ser tapados con una 煤nica pieza de vidrio m谩s peque帽a. La costumbre actual de subdividir los pa帽os de ventana en cuadrados m谩s peque帽os es una reminiscencia est茅tica que ha perdurado desde entonces.

En el empleo del vidrio en fachadas, cabe detenerse en el cap铆tulo de las catedrales, especialmente las g贸ticas. 脡stas supieron convertir el problema del tama帽o de las piezas en una virtud: "dibujando" con un armaz贸n de plomo diferentes figuras sobre las aperturas de fachada, y rellenando los huecos resultantes con vidrios tintados, crearon magn铆ficas vidrieras.

Una vez superado el problema de proteger el hueco con vidrio, las limitaciones se debieron al car谩cter estructural de la fachada. La apertura de un hueco obligaba a su pieza superior, el dintel, a soportar la carga del edificio. Esto imped铆a practicar huecos demasiado anchos, por lo que las aperturas adoptaron formas verticales para aumentar en lo posible la superficie de iluminaci贸n. Tambi茅n era necesario disponer los huecos alineados unos encima de otros, de manera que se facilitase la trasmisi贸n de la carga del edificio por el resto del muro. Al igual que con el vidrio, y a pesar de no ser ya necesaria, esta composici贸n de fachada con ventanas verticales y regulares ha sobrevivido hasta nuestros d铆as como una herencia cultural.
Para aumentar el tama帽o del vano, en edificios singulares se emple贸 el arco de medio punto y posteriormente el arco apuntado. Sin embargo, el primer gran avance en la fachada se produjo en las catedrales g贸ticas, cuando se elimin贸 el problema de los huecos al despojar de funci贸n estructural a la fachada.

La revoluci贸n consisti贸 en la sustituci贸n del concepto tradicional de muro de carga por el de pilares puntuales, desviando la carga de la cubierta mediante arbotantes a unos contrafuertes exteriores. De esa manera la fachada, liberada del peso, pod铆a cerrarse ahora con grandes vidrieras.

La llegada del acero a finales del XIX, y del hormig贸n armado a principios del XX, termin贸 definitivamente por liberar a la fachada de su dependencia estructural. Los arquitectos del Movimiento Moderno exploraron las posibilidades de una fachada libre, popularizando la ventana corrida y los huecos horizontales en lugar de los tradicionales verticales, utiliz谩ndolos tanto por adecuarse mejor a la visi贸n de las personas, como para evidenciar su independencia de la estructura
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