Henry Ford

Si hoy en día los automóviles son algo popular y asequible y prácticamente cualquiera puede conducir su coche propio es sin duda gracias a un hombre: Henry Ford.

Marta Rey
Marta Rey
13 de April · 292 palabras.
Henry Ford se adelantó a su tiempo. En 1899 trabajaba nada más y nada menos que para la empresa de Edison, una empresa de electricidad, como ingeniero jefe. Hasta ese momento todas las empresas que habían comenzado a estudiar la viabilidad de un automóvil intentaban fabricar vehículos grandes o maquinaria pesada. Ford fue el pionero que pensó que era posible un motor de pocos caballos que moviese un vehículo pequeño, un utilitario. Para que ese negocio fuese rentable debía poder vender muchos de esos vehículos. Así que se arriesgó, dejó su trabajo y creó su propia empresa. Su lema fue: Nunca construir un coche que no puedan comprar los trabajadores que lo fabrican.

Es curioso que alguien que es reconocido por duplicar el sueldo mínimo de los trabajadores de sus fábricas, ser pionero en trabajar con una línea de montaje con lo que eso conlleva de facilitar el trabajo y la especialización y ser el primer empresario a gran escala que concedió dos días de descanso semanal a sus trabajadores fuera también un furibundo atacante de los sindicatos, a los que desmanteló en su empresa con métodos que podríamos calificar siendo amables de poco ortodoxos, o fuera condecorado por Hitler por pregonar su antisemitismo. Un ejemplo más de cómo un ser humano tiene sus claros y oscuros, siempre indisociablemente unidos. Y lo difícil que es juzgar a un hombre.

Por eso, lo único indudable es que cada vez que montamos en un automóvil, cada vez que buscamos repuestos de coches aunque no sean recambios ford, cada vez que pisamos un acelerador, podemos decir que parte del espíritu de Henry Ford está en ese gesto, que sin él hubiese sido muy diferente.

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