La Geografía Radical, una Alternativa en la Interpretación de la Realidad Contemporánea.

El presente trabajo pretende recoger parte de la evolución conceptual en la denominada “Geografía Radical ó Geografía Marxista” en espera de proveer herramientas teóricas al lector, que le permitan construir su propio criterio en torno al concepto de las nuevas geografías y desde esta definición con

Diego Mauricio
Diego Mauricio
3 de March · 5940 palabras.
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🕘 Resumen

En este artículo de revisión, Diego Mauricio Rojas C. explora la evolución conceptual de la Geografía Radical o Geografía Marxista en un intento de proporcionar herramientas teóricas al lector para que pueda construir su propio criterio en torno al concepto de nuevas geografías. El artículo defiende una perspectiva holística para entender el territorio que trascienda los tecnicismos de la geografía clásica. Se invita al lector a desarrollar su ejercicio profesional considerando al individuo, la sociedad y sus interrelaciones como parte integral del espacio físico que habitan para evitar incurrir en errores descriptivos. Según el autor, el desconocimiento respecto del saber geográfico y las nuevas tendencias de la geografía propone el análisis de estas últimas como objeto de estudio substancial en la búsqueda de respuestas acertadas a los interrogantes del mundo moderno en permanente estado de tensión y crisis. Se destaca la necesidad de construir respuestas desde la transdisciplinariedad, articulando el conocimiento de la geografía y las demás ciencias sociales con otras disciplinas, como la sociología y la economía, entre otras.
La Geografía Radical, una alternativa en la interpretación de la realidad contemporánea. Articulo de revisión, por Diego Mauricio Rojas C.

Introducción.

El presente trabajo pretende recoger parte de la evolución conceptual en la denominada “Geografía Radical ó Geografía Marxista” en espera de proveer herramientas teóricas al lector, que le permitan construir su propio criterio en torno al concepto de las nuevas geografías y desde esta definición considere la posibilidad de interpretar el territorio en dimensiones que trasciendan los tecnicismos de la geografía clásica, invitándolo al desarrollo de su ejercicio profesional desde una perspectiva holística en la cual el individuo, la sociedad y sus interrelaciones hagan parte fundamental del espacio físico que habitan y evitar así incurrir en errores, como propone (Folke, 1972), no es accidental el hecho de que la geografía y otras ciencias sociales hayan evolucionado hacia disciplinas sofisticadas, orientadas técnicamente, pero muy descriptivas, con poca pertinencia para la solución de agudos y, al parecer crónicos problemas sociales. En el mismo sentido, el desconocimiento reinante respecto de lo que se denomina el saber geográfico y más aun de las nuevas tendencias de la geografía, proponen el análisis de estas últimas como objeto de estudio substancial en la búsqueda de respuestas acertadas a los interrogantes del mundo moderno en permanente estado de tensión y crisis; interrogantes que plantea una sociedad global en constante movimiento y evolución, que procura respuestas que propendan por interpretar una realidad dinámica y sinérgica, en la cual ni el ser humano ni la sociedad en su conjunto pueden abstraerse de su territorio para ser analizados como entidades independientes, respuestas que deben ser construidas desde la transdisciplinariedad articulando el conocimiento de la geografía y las demás ciencias sociales con otras disciplinas como la sociología, la psicología y la economía entre otras.

Método de localización, selección y evaluación de la información.

El presente documento se construyo a partir de una revisión bibliográfica profunda, según la cual se busco establecer la evolución teórica del concepto de la geografía radical o geografía marxista. Bajo este marco de referencia se desarrollo un análisis conceptual según el cual se logró consolidar tópicos fundamentales de convergencia y divergencia en los autores y documentos analizados. La información considerada fue localizada en artículos de revistas científicas, prensa, libros, presentaciones y entrevistas relacionadas con el denominado saber geográfico, historia y evolución de la geografía, ciencias políticas y ciencias sociales; de acuerdo con su nivel de aporte al estudio, la información fue evaluada, jerarquizada y priorizada para finalmente contemplar al interior del estudio únicamente los documentos más relevantes.

El Marxismo

De acuerdo con (Segrelles, 1999) el Marxismo constituye una teoría científica doctrina, cuerpo ideológico o un sistema intelectual completo que sintetiza la filosofía clásica alemana (Hegel, Feuerbach), la economía política inglesa (Smith, Ricardo) y el socialismo utópico (Saint-Simon, Fourier, Owen), pero también es un potente instrumento de acción a través de la incorporación del método dialectico al enfoque de los fenómenos investigados. Afirma (Luna, 1999) que para Marx y Engels la sociedad y la naturaleza deben ser considerados como una totalidad orgánica, una unidad dialéctica en la cual uno es la negación del otro y por tanto uno depende del otro para su existencia. Las dos partes de esta unidad se relacionan a través de la producción humana que reproduce la naturaleza como el medio humano y a los humanos como seres sociales. El modo de producción es un modo de vida enmarcado en el mundo material por seres humanos.

(Flloti, 2004), considera que el Marxismo es la teoría científica que expresa los intereses históricos revolucionarios del proletariado como clase social. Su producción va a estar condicionada por la existencia de esta clase cuyos intereses históricos van a pasar por la supresión de toda forma de explotación. Será el punto de vista proletario, aún no fundado científicamente, de Carlos Marx y Federico Engels el que les permitirá producir esta teoría apoyándose, pero a la vez rompiendo con ellos, en los logros de la economía política clásica, la filosofía alemana y el socialismo francés. (Ivanov, 1982), abstrae de la teoría Marxista como el liberalismo había cuestionado la legitimidad del poder basado en la voluntad de Dios, había proclamado la libertad de conciencia y había reconocido la libertad económica como “natural”. Todo eso había escandalizado a los conservadores que seguían soñando con un mundo teocéntrico, estático y cerrado. Pero el mensaje marxista, para la Europa de su tiempo, es mucho más conmocionante aún, porque venía a decir que Dios era un invento de las clases dominantes para adormecer a los pobres, que era inevitable la inminente supresión de toda forma de propiedad privada y anunciaba el arribo de un paraíso terrenal, sin dios, sin familia ni propiedad, donde todo, incluso las mujeres y los hijos sería propiedad de todos, hasta llegar a suprimir al mismo Estado. Para colmo, estas ideas no eran fruto de una mente afiebrada sino el enjundioso trabajo de un economista serio, estudioso y extremadamente detallista en sus razonamientos.

La Geografía Y …..

Para (Rojas Salazar, 2005), la Geografía es la ciencia que “estudia las relaciones sociedad-naturaleza con su fundamento espacial, dadas por aquellas teorías de localización de los hechos que conforman la superficie terrestre”. (Saenz Lorite, 1978) reproduce diferentes definiciones de la Geografía, entre ellas: Richthoffen propone a la Geografía como la ciencia de la superficie terrestre y de los fenómenos que están en mutuas relaciones con ella; para Vidal de la Blanche la geografía estudia la repartición en la superficie de la tierra de los fenómenos físicos, biológicos y humanos, las causas de esta repartición y las relaciones locales de estos fenómenos; para Schaeffer, es la ciencia que se refiere a la formulación de leyes que rigen la distribución espacial de ciertas características en la superficie de la tierra. Pese a lo concreto de estas definiciones, los conceptos aun entre geógrafos pueden variar bajo casi las mismas condiciones; (De Andrade, 1994) plantea la disparidad de criterios en un mismo momento histórico para tres geógrafos diferentes así: “… a fines del siglo XIX y principios del XX, Federico Ratzel, formado en el espíritu Prusiano, peleando por la consolidación de la unidad Alemana, defendió las ideas asociadas al establecimiento de un espacio vital y analizo problemas relacionados con la inestabilidad de las fronteras políticas y el acceso a los océanos. Vidal de la Blenche representante de la comunidad francesa y de su imperio colonial se preocupo por lo problemas regionales y el análisis de los géneros de vida. Para la misma época, Eliseo Reclus comprometido con el movimiento anarquista, dirigió sus estudios hacia los problemas sociales, como los de la colonización rural y urbana, previendo problemas que hoy afligen a la humanidad como el crecimiento ordenado de las ciudades”.

El Conocimiento geográfico, probablemente es tan antiguo como la propia existencia en comunidad del hombre, como proponen (Romero & Gimenez, 2005), “probablemente, tan antiguo como la vida reflexiva del hombre, dispuesto desde siempre a recordar, calificar, nominar y representar gráficamente los lugares que conoce. Testimonio de ello son los poemas homéricos y los libros sagrados. Para la sabiduría árabe la geografía es ciencia agradable a Dios”. Como propone (Rojas Salazar, 2005), la historia de la Geografía Puede Dividirse en cuatro grandes periodos: “Edad antigua, Edad media, Edad moderna y Edad contemporánea”. El hombre desde los primeros tiempos de vida en comunidad y en su afán de exploración en el intento por conocer el mundo en que vivía y definirlo en forma directa se apropio del territorio mediante la representación grafica; los orígenes del estudio geográfico se remontan a la civilización Griega, quienes reconocían al geógrafo como símbolo de sabiduría y a menudo le comparaban con los filósofos y matemáticos; así, la Geografía Griega en la antigüedad fue propuesta como la Madre de las Ciencias.

De acuerdo con (Romero & Gimenez, 2005), El vocablo geografía fue adoptado en el siglo II A.C. por el erudito griego Eratóstenes y significa "descripción de la tierra… Los mapas sólo marcaban las costas, los ríos, las ciudades y los caminos, con innumerables acotaciones sobre episodios de leyenda (animales de maravilla y rarezas). El relieve del suelo no se representaba. La geografía no conocía más que la dimensión superficial; nada del interior de la corteza, de la profundidad del mar, ni de la altura de la atmósfera”. Alexander Von Humboldt, explorador, científico, y cosmógrafo, incluyo la dimensión de altura y profundidad al relato geográfico y enfatizo en los aspectos que relacionaban a la geografía con las ciencias naturales y la historia, dando a la Geografía como plantea Romero “razonamiento, problematicidad y juicio”.

En la edad media la geografía se desarrollo en el terreno descriptivo básicamente en donde tuvieron especial importancia los geógrafos Árabes, quienes en sus viajes de exploración y colonización describían el territorio que recorrían o colonizaban. En la edad moderna pese a que se desarrollan avances significativos en las artes y las ciencias, la geografía mantiene un carácter descriptivo que sin embargo se enriquece con la exploración de viajeros a los nuevos mundos. Se destaca en este periodo del conocimiento Geográfico con personajes de la altura de Newton, Kepler y Copérnico, Inmanuel Kant, quien clasifica la Geografía como una disciplina corológica (Área de distribución de los organismos vivos); en la contemporaneidad, la geografía aun siendo descriptiva avanza hacia la geografía explicativa considerando las causas y efectos de los fenómenos geográficos, sus relaciones con las condiciones sociales y naturales con la sociedad y para (Rojas Salazar, 2005), “gracias al aporte de figuras como Ratzel y Reclus, se sientan las bases del determinismo y posibilismo en la geografía”, Con esta división, se genera una oposición de métodos y objetos de conocimiento, la geografía se bifurca en lo que hoy conocemos como: la geografía física y la geografía humana. Ratzel por su parte es considerado como el precursor de la Geografía Política, desarrollada en el marco general de la Geografía Humana; Ratzel pretendía desde la geografía consolidar una ciencia de las sociedades humanas en su relación con el medio, para algunos autores un tipo de Geografía Ecológica, para lo cual se apoyo en las teorías Darwinistas, considerando al hombre con una pieza más dentro del entramado ecológico, regulado a su vez por las leyes de la naturaleza en el marco de las relaciones culturales de los pueblos.

En la actualidad, de acuerdo con (Romero & Gimenez, 2005), “comienzan a emplearse gran cantidad de datos que es necesario procesar; y será la informática la que venga en ayuda de la Geografía para manejar el ingente volumen de información. Los datos se convierten en la esencia de la Geografía y esta se convierte en cuantitativa. Los geógrafos cuantitativos, como Fred K. Schaefer, pretenden romper con la tradición historicista de la Geografía, y con los estudios monográficos de un territorio, para crear modelos generales”. Sin embargo plantean los autores que “la geografía cuantitativa dejaba fuera a la sociedad como constructora del espacio. Para introducir al hombre en el sistema aparece la geografía de la percepción, basada en el comportamiento psicológico, y económicamente perfecto, del individuo”. En geografía cuantitativa predominaban los conceptos provenientes del Neopositivismo caracterizadas principalmente por el empirismo y el acompañamiento de las ciencias con fundamento en la Lógica y las Matemáticas.

A través del tiempo, diferentes concepciones contribuyeron al establecimiento del saber geográfico como disciplina social, las contribuciones más importantes hacen referencia al Posibilismo o regionalismo que afirma que el medio natural da al hombre una amplia gama de posibilidades (no lo determina, no marca una única posibilidad en su forma de ser y actuar), de las que puede o no, lograr beneficios, según el grupo social en el que se encuentre. Por otra parte, la Geografía Anarquista propone un nuevo modelo social integral, que esté en armonía con el medio natural; en la mayoría de sus concepciones son deterministas, aunque, en ocasiones, recurren al llamado darwinismo social, en esta tendencia se destaca Kropotkin, quien propone una dura crítica social desde su enfoque proponiendo un estado de armonía entre el hombre y el medio abstrayéndolos de influencias políticas y presiones de organizaciones territoriales.

Bajo este marco referencial, la critica permanente a la geografía cuantitativa por su inclinación a la explicación mecanicista de los fenómenos y realidades socio económicas, su lejanía en el estudio de los efectos políticos de la Economía, su incapacidad en el análisis de los conflictos de clase con relación a la configuración del territorio, el fracaso de la modernidad en su intento por elevar las condiciones humanas del individuo, aunado al declive del estado de bienestar, los movimientos pacifistas, los conflictos sociales y las reivindicaciones estudiantiles entre otros, sentaron las bases a finales de la década de los Sesentas del siglo XX para la aparición de las denominadas Nuevas Geografías, a saber: la Geografía Humanista y la Radical o Marxista.

La Nueva Geografía

(Miguel, 2003) explica cómo a partir de 1950 un número importante de de geógrafos anglosajones entre los que se destacan Scchaefer, Bunge y Harvey, además del grupo sueco de Lund, presentan la exigencia de un cambio conceptual a partir de las bases de una geografía nomotética (proposición de la ley), deductiva y general opuesta a la ciencia ideográfica, inductiva y regional dominante hasta entonces y basados en dos principios básicos revolucionarios: La preocupación por el establecimiento de leyes generales y la capacidad de predecir las líneas fundamentales del proceso espacial.

Surgen así nuevas posiciones intelectuales y políticas radicales que se encargan de criticar el positivismo y el denominado paradigma cuantitativo, derivadas del desencanto del proyecto de la modernidad, la crisis emocional generalizada por los efectos de la segunda guerra mundial y la aún latente crisis económica de los años 30. En el marco del surgimiento de la posmodernidad y la crisis del estructuralismo de finales de la década de los sesentas y comienzo de los setentas del siglo XX, florece la Geografía Radical, que como plantea (Delgado Mahecha, 2003) “propone una actitud crítica frente a la comunidad geográfica institucionalizada, acogiendo paulatinamente -y no sin contradicciones-, el proyecto de una geografía comprometida políticamente con la transformación revolucionaria de la sociedad capitalista … El rasgo distintivo del nuevo discurso geográfico es que privilegia "la dimensión social", en la que las relaciones espaciales son entendidas como manifestaciones de las relaciones sociales de clase en el espacio geográfico, producido y reproducido por el modo de producción”. Desde esta perspectiva el espacio es considerado como el producto social de los modos de producción, de las relaciones sociales y de las relaciones sociedad naturaleza. La geografía clásica se encuentra imposibilitada para el estudio desde una perspectiva holística inter o transdicsiplinaria, razón por la cual la Geografía Radical se apoya en otras disciplinas sociales como la economía política, la historia, la sociología o la ciencia política, entre otras, con el fin de estructurar de la manera más amplia posible la interpretación del espacio y sus interacciones sociales. (Delgado Mahecha, 2003), rescata la cita de Josefina Gómez y otros (1982) definiendo el espacio socialmente construido así:

“...si el espacio es la proyección de la sociedad, sólo podrá ser explicado -y esta es la consecuencia metodológica fundamental de la asunción inicial- desentrañando en primer lugar la estructura y el funcionamiento de la sociedad o formación social que lo ha producido. No es posible, según este razonamiento, explicar las configuraciones espaciales permaneciendo en el nivel de lo espacial, hay que adquirir primero las claves del sistema de relaciones sociales, hay que aproximarse al estudio espacial "a través del análisis histórico de las bases de los modos de producción de la formación social". De esta forma, el concepto de modo de producción aparece como concepto central. "La utilización del concepto de modo de producción -dice R. De Koninck- permite comprender mejor el desarrollo de las técnicas de producción y de las sociedades clasistas y, por tanto, la naturaleza del dominio territorial".

La geografía Radical

Para (Saenz Lorite, 1978), “la Geografía radical arranca de principios marxistas que niegan la neutralidad y objetividad de la que alardeaba la geografía sistematizada por el hecho de estar apoyada en la objetividad y asepsia de las cifras … supone una profunda revolución ideológica, trata de enfocar el problema social y económico desde la óptica de la clase dominada en lugar de hacerlo a través de la ideología de la clase dominante … al mismo tiempo, parte de una virtud del ambiente contestatario en los Estados Unidos, provocado por la guerra de Vietnam, la lucha por los derechos civiles, la crisis de polución y de urbanización; surgiendo como una corriente geográfica preocupada en ser crítica y atenuante.” La geografía radical parte del movimiento radical critico que comienza a darse a conocer entre la comunidad científica Norteamericana a través de la publicación de revistas de divulgación científica como Antipode Radical Journal of Geography, la consolidación de la Unión de Geógrafos Socialistas y el nuevo movimiento expedicionario con las expediciones geográficas.

Mario Bunge desarrolla las Expediciones Geográficas, en las áreas urbanas marginales. Las cuales le permiten llegar a integrarse en la problemática que va a analizar, buscando la participación de los individuos objeto de estudio, y comprendiendo de este modo, los que el mismo consideraría como verdaderos problemas de la realidad. La aparición de la revista Antipode está relacionada con el desarrollo de las primeras expediciones en 1969; para (Mattson, 1978), La revista fue concebida como el portavoz de una geografía alternativa, preocupada por problemas regionales y locales … A medida que la revista evolucionaba y se desarrollaba, atrayendo cada vez un mayor número de lectores y colaboradores, se estableció el diálogo sobre la necesidad de nuevos métodos de cuestionar y criticar, formulando preguntas sobre el papel de la ideología en geografía. En 1974, en plena evolución y búsqueda teórica la revista se planteó la necesidad de explorar en el campo del marxismo y estimular las investigaciones y contribuciones de los países del tercer mundo. Antipode se instituye como una alternativa a la geografía clásica institucionalizada con cuatro funciones principales, a saber: ser un medio de comunicaciones de ideas, un órgano didáctico, una salida a la crítica y un medio de exposición de los trabajos de investigación teóricos y prácticos de vanguardia. Por su parte la fundación de la Unión de Geógrafos Socialistas comprometida tanto en su papel didáctico como en el trabajo de revisión y replanteamiento de los métodos y teorías geográficas, la búsqueda de nuevas perspectivas y alternativas dentro y fuera de la geografía, refuerza el ambiente de inconformidad respecto de la geografía clásica y la tensión permanente resultada de la guerra fría en el periodo de la posguerra, proponen a la geografía radical como la ciencia que busca entre sus objetivos, una sociedad equitativa, donde desaparezcan la miseria y la injusticia en sus diversas formas, y que así se permita conseguir en general, una sociedad más libre. El momento histórico determinado por los acontecimiento sociopolíticos del continente europeo que culminan con la revolución de mayo del 68, la primavera de las naciones en el contexto político socialista, la aparición del discurso de la posmodernidad que incluye la denuncia por el deterioro ecológico de la tierra resultado de la industrialización acelerada, la producción desmedida y la carrera armamentista, permiten la difusión de la geografía radical en el continente europeo, cuyo máximo exponente es Yves Lacoste y la revista Herodote como el par europeo de Antipode. Christofoletti (2006) propone Varias subcorrientes y preocupaciones en la variada gama de las contribuciones de los geógrafos radicales. Estableciendo cuatro grandes tendencias:

a) Orientación anarquista, basada en los trabajos pioneros del anarquismo político (Peet).
b) Orientación popular-radical, que se caracteriza por el contacto directo de los geógrafos con las poblaciones de las áreas y de los barrios a ser investigados. El geógrafo participa y orienta a la población para solucionar sus problemas y trazar sus reivindicaciones (Bunge).
c) Orientación Tercermundista, destinada a proponer análisis sobre el desarrollo y el imperialismo, en especial sobre los temas relacionados con la dependencia (Blaut).
d) Orientación marxista, que se basa en el estudio de las obras de Marx y Engels, en el intento por lograr fundamentos teóricos y en su aplicación a los problemas socioeconómicos con expresión espacial (Harvey).

Así pues, de acuerdo con los planteamientos de (Reche & Rodriguez, Sin año), “la geografía radical es entendida como una actividad científica comprometida socialmente, es decir que se hace eco de la lucha de clases e integra el materialismo histórico como base de análisis espacial” es el Marxismo la posición ideológica que más se aproxima como herramienta conceptual para proveer solución a los conflictos de inequidad permitiendo tratar las diferentes problemáticas de manera global, en toda su complejidad, y no dar visiones parciales, pudiendo llegar a encontrar una Ciencia Social integrada. Así pues, la geografía de orientación Marxista según (Delgado Mahecha, 2003), citando a Moraes y Da costa, “se declara como una ciencia eminentemente social. Distinto del positivismo, el marxismo rechaza la posibilidad de emprender la comprensión o las explicaciones de los fenómenos sociales por la misma vía por la que se conocen los fenómenos de la naturaleza. El materialismo histórico y dialéctico distingue de modo explícito el estudio de la sociedad del estudio de la naturaleza, y formula que la naturaleza presenta formas de causalidad distintas a las que caracterizan a los procesos de la sociedad; por ello según el autor, la discusión marxista sobre la geografía se debe centrar en la relación sociedad y espacio. Para (Folke, 1972) la Geografía Radical tiene como objetivo colaborar activamente para la transformación radical de la sociedad capitalista en dirección de la socialista, a través del incentivo de la revolución. Por esa razón la Geografía Radical debe ser marxista.

Sin embargo en los escritos de Marx, no se desarrolla teoría alguna sobre el espacio geográfico, como plantea (Lacoste, 1976) K. Marx y F. Engels manifestaron escaso interés por el espacio y la geografía, incluso nula consideración por la figura y la obra del geógrafo anarquista E. Reclus. Por ello, la construcción de la teoría espacial Marxista presento complicaciones importantes, en especial por el desconocimiento de los geógrafos respecto del Marxismo, excepción hecha del Geógrafo David Harvey quien busco de forma permanente enmarcar el discurso geográfico en las concepciones filosóficas del positivismo lógico, propuso realizar una nueva revolución del pensamiento geográfico, dado que no brindaba los elementos para transformar una realidad de desequilibrio e injusticia social. Harvey se declaro políticamente socialista y encontró en el Marxismo y la dialéctica Marxista los pilares sobre los cuales podría estructurar un nuevo discurso geográfico y como plantea el mismo Harvey citado por (Delgado Mahecha, 2003): confirmar que “el espacio creado remplaza al espacio efectivo en cuanto principio predominante de organización geográfica.” El resultado de su investigación y la consolidación de un nuevo concepto de la geografía fue plasmado en su libro Social Justice and the City, en el que propone los nuevos paradigmas del discurso sobre lo urbano, concluyendo que el espacio geográfico no es un ente natural sino un subproducto social del modo de producción, así la geografía se convierte en una especie de economía política de la producción del espacio en todas las escalas geográficas. Para (Delgado Mahecha, 2003) citando a Harvey, la teoría de la renta se considera como el instrumento conceptual fundamental para confrontar el problema de la organización espacial, puesto que la tierra sirve como medio de producción y como base espacial de la producción humana, lo que hace necesario que se retomen los conceptos de valor de uso, valor de cambio y valor, y se analicen sus propiedades espaciales. De modo que poniendo en movimiento "nuestra comprensión de las propiedades espaciales materiales de los valores de uso, junto con los conceptos de valor de cambio y de valor", es posible "descifrar el significado de las propiedades espaciales de los valores de uso en su aspecto social".

Harvey propone una geografía que interprete y describa como se producen y reproducen las formas espaciales y la organización del espacio en el capitalismo desde el materialismo histórico; aparte considera que el espacio y el tiempo son permanentemente creados y recreados para adaptarlos a las condiciones del modo de producción, de allí que propone reconstruir una teoría marxista del espacio que él denomina “Materialismo dialectico historico-geografico” para (Delgado Mahecha, 2003) Harvey encuentra en el Manifiesto Comunista de Marx que la acumulación de capital ha sido siempre un hecho profundamente geográfico, y que sin las posibilidades de expansión espacial, sin la reorganización espacial y sin el desarrollo geográficamente desigual, el capitalismo no hubiera podido sobrevivir y consolidarse como sistema político-económico. También considera Harvey, que el espacio-tiempo o espacio-temporalidad es la categoría fundamental, de lo cual se deriva el carácter histórico de toda geografía, y el hecho de que la métrica y las medidas del espacio tiempo cambien significativamente a través de la historia. Así, La posmodernidad, considerada como la etapa actual del capitalismo, ha acelerado el tiempo a tal punto que asistimos a un nuevo episodio del proceso de aniquilación del espacio por el tiempo, como es la constante del desarrollo histórico capitalista y como propone el mismo Harvey (citado por Delgado) hablar de “...la presunta desaparición del tiempo y del espacio como dimensiones materializadas y tangibles de la vida social.” Cree posible explorar mundos posibles con organizaciones espaciales más justas socialmente, en todas las escalas geográficas y en todos los órdenes de la vida social; plantea la necesidad de construir una nueva utopía centrada en el interés por la transformación, y que dirija la práctica política hacia la creación de un nuevo orden socio-ecológico y de producción, que permita reconstruir nuestras relaciones con la sociedad y con la naturaleza, en un marco de democracia y justicia social, más allá de las meras expectativas redistributivas.

Por su parte (Santos, 1990) en su obra Por una Geografía nueva, no solo hacia un análisis crítico de la geografía, sino que además confirmaba que el espacio que le interesaba investigar desde la periferia, era el espacio banal, el espacio verdaderamente humano y no el espacio al servicio del capital y de unos pocos; propicio el debate sobre el fenómeno de Globalización, pese a que aun no se hablaba sobre ello como la “Configuración de un sistema mundial que iba a propiciar cambios profundos, generalizados e inmediatos, donde la tierra se convertiría en un solo y único mundo, asistiéndose de esta forma a la refundación de la tierra como totalidad, un espacio de la mundialización a diferentes niveles, intensidades y orientaciones. (Pillet, 2004) considera que los aportes de Harvey y Santos a la geografía radical están determinados porque Harvey había definido previamente los postulados del paradigma neopositivista para posteriormente incorporar el espacio a la teoría estructuralista Marxista, mientras que Santos une el estructuralismo Marxista al humanismo existencial de Sartre, por ello a los dos autores se les adeuda un importante esfuerzo por consolidar a la Geografía dentro de la teoría social desde una epistemología materialista y dialéctica, no exclusivamente Marxista.

Para (Segrelles, 1999) la utilidad del análisis Marxista en la geografía no debería ni siquiera ponerse en duda, “pues aparte de su reconocida validez interpretativa de las sociedades capitalistas, qué duda cabe que estas tendencias mundiales influirán en la transformación acelerada de los espacios mediante la intensificación de las relaciones productivo sociales existentes y en el nacimiento de otras de nuevo cuño”. El estudio de la geografía radical tiene su asiento en el análisis del fenómeno de mundialización del capital que escapa al control de los estados y las naciones y acelera con rapidez inusitada la globalización del sistema productivo y de las inversiones, mientras integra los flujos comerciales en grandes regiones. Por ello de acuerdo con (Segrelles, 1999), “No parece exagerado afirmar que posee más poder de transformación de territorio el consejo de administración de una compañía o una asociación de empresarios que cualquier legislación reguladora de los usos del suelo”

(Christofoletti, 2006) Considera que La Geografía Radical se interesa por el análisis de los modos de producción y de las formaciones socioeconómicas. Esto porque el marxismo considera como fundamental los modos de producción, en tanto las formaciones socioeconómicas espaciales (o formaciones económicas y sociales) son las resultantes. Las actividades de los modos de producción construyen y generan formaciones diferentes, en cada modo de producción, capitalista o socialista, por ejemplo, se reflejan en formaciones socioeconómicas espaciales distintas, cuyas características del paisaje geográfico deben ser analizadas y comprendidas.

Sobre el particular (Mendez, 2008), considera sobre las geografías críticas o radicales, que aunque en su interior coexisten perspectivas que abogan por la explicación o la comprensión, su rasgo distintivo sería la atención prioritaria que conceden al valor social del conocimiento geográfico y su compromiso con la resolución o, al menos, con la búsqueda de alternativas para enfrentar algunos de los problemas básicos a que se enfrentan nuestras sociedades. Méndez abstrae tres propuestas fundamentales de las geografías radicales, y propone:

1. la mirada y la reflexión críticas sobre los territorios prima sobre las preocupaciones exclusivamente científicas en el trabajo de los geógrafos, lo que significa priorizar la relevancia social de los contenidos, evitando estudiar trivialidades, así como la revisión de ciertas interpretaciones dominantes, reflejo de discursos hegemónicos que deben someterse a un análisis crítico;
2. la ideología y los valores son inherentes a las ciencias sociales, donde el investigador y el profesor se ven implicados de forma directa como parte integrante de las realidades observadas, lo que hace imposible la neutralidad; la propia elección de las temáticas a investigar, la manera de abordarlas, el tipo de indicadores que se consideran relevantes, etc., conllevan un sesgo que no invalida el conocimiento alcanzado sino que, por el contrario, le aporta un componente esencial;
3. el espacio puede entenderse como producto social, reflejo de la sociedad que lo ocupa, de su dinamismo y sus contradicciones, de las complejas relaciones de poder existentes en su seno, lo que implica la necesidad de prestar atención a los diferentes agentes o actores que construyen/destruyen/transforman cada territorio, sus intereses y valores, así como las estrategias de actuación que se manifiestan luego en los paisajes que observamos y en la estructuración interna de ese espacio, o en sus desigualdades.

Conclusión

La evolución del saber geográfico desde los tiempos de la antigua Grecia, lo ha propuesto en una transición conceptual desde una disciplina plana, mecanicista, adimensional y solitaria, hacia un ejercicio holístico interdisciplinario con fundamento en lo social y en el análisis de las interrelaciones entre la sociedad, la naturaleza y el territorio, observadas no desde el espacio físico geográfico, sino desde perspectivas políticas, económicas y sociológicas que pretenden consolidar en un solo lugar epistemológico al individuo, la sociedad y sus relaciones en un territorio apropiado por los actores. Por ello es evidente la revaloración del saber geográfico, toda vez que permite ordenar el espacio en el marco de la racionalidad en beneficio y provecho del individuo y la sociedad.

La geografía radical es atacada por sus planteamientos ideológicos radicales y su supuesta falta de neutralidad por su permanente ejercicio de atacar un sistema de paradigmas socialmente aceptados; sin embargo, la propuesta utópica planteada por la geografía Marxista de proveer a la geografía explicativa de herramientas conceptuales practicas según las cuales se puedan disminuir la inequidades y las desigualdades, en procura de conseguir una sociedad más justa es retomada actualmente en los ejercicios de planificación territorial y en los decursos denominados coyunturales fenomenológicos, como el de la sustentabilidad y el desarrollo a escala humana entre otros.

Es innegable el enriquecimiento de la disciplina geográfica resultado de la aparición en escena de las geografías radicales y en especial de la Geografía Marxista y la Geografía Humanista, toda vez que establecieron el conocimiento geográfico como un conocimiento con objeto social, no antropocéntrico que pretende el análisis integral de la sociedad desde las interrelaciones entre la naturaleza y el individuo como sujeto social. Aparte el permanente análisis en sus escenarios cotidianos y realidades particulares que a la postre determinan su respuesta a los diferentes estímulos propuestos desde escenarios económicos, políticos, sociales, etc. Inmersos en un gran sistema del que no puede ser abstraído ni el individuo ni la sociedad “El Capitalismo”, permite proveer soluciones prácticas a problemas sociales críticos como la pobreza, el deterioro ambiental, la injusticia social, etc. Por ello la Geografía Marxista se convierte actualmente en una alternativa a la interpretación de la realidad contemporánea.

Finalmente, la consideración respecto de la cual las relaciones de producción en forma general, determinan la transformación y evolución del territorio y así mismo de la sociedad, proponen el saber geográfico en el marco de la geografía radical, como ciencia in-excluible, en el desarrollo y planificación ordenada del territorio, bien sea desde los aspectos físicos, económicos, sociológicos, culturales, políticos, entre otros; toda vez que la Geografía se erige como ciencia integradora de los saberes sociales y las ciencias exactas con fundamento científico.

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Memorias de la cátedra: “Geografía de los recursos naturales” para la Maestría en desarrollo sustentable y gestión ambiental – Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá Junio a Diciembre de 2010. [email protected]

Diego Mauricio Rojas Cachope
Msci. Desarrollo Sustentable y Gestion Ambiental
Consultor de proyectos ambientales y en desarrollo sustentable

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