Los Métodos Más Utilizados para Estafar en los Cajeros

Sustraer dinero de un cajero electrónico es una modalidad delictiva que demanda gran ingenio por parte de los autores de este delito. Los individuos colocan en la ranura por la que el usuario retira el dinero una pletina metálica, de aspecto muy similar a los elementos exteriores del cajero, que atrapa los billetes. Las víctimas, en muchas ocasiones, se marchan al creer que ha

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21 de December · 1699 palabras.
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🕘 Resumen

La colocación de una placa metálica en la ranura de retiro de dinero de un cajero automático para atrapar billetes es una modalidad delictiva que está en auge. Los delincuentes utilizan una placa de aspecto muy similar a la estructura externa del cajero, que queda atrapada en la ranura y los billetes quedan retenidos allí. Las víctimas suelen marcharse creyendo que ha fallado el mecanismo del dispensador de dinero y los delincuentes aprovechan para retirar la placa y recuperar los billetes. Esta técnica solo se utiliza cuando las sucursales bancarias están cerradas para evitar que los usuarios del cajero informen del problema. Tres individuos utilizaron con éxito este método para robar cerca de 5.000 euros en menos de un mes en Málaga. El Grupo de Fraudes de la Comisaría de Málaga detectó varias estafas similares en los cajeros automáticos y estableció un dispositivo de vigilancia. Los investigadores de la Policía Nacional analizaron imágenes de las cámaras de seguridad y lograron detener a tres personas sospechosas de usar este método para robar a los usuarios de cajeros automáticos. Es importante tener precaución al retirar dinero en un cajero y estar alerta ante posibles manipulaciones del cajero.
Sustraer dinero de un cajero electrónico es una modalidad delictiva que demanda gran ingenio por parte de los autores de este delito. Los individuos colocan en la ranura por la que el usuario retira el dinero una pletina metálica, de aspecto muy similar a los elementos exteriores del cajero, que atrapa los billetes. Las víctimas, en muchas ocasiones, se marchan al creer que ha fallado el mecanismo del dispensador de moneda.

Acto seguido acuden los delincuentes, retiran le pletina y recuperan los billetes. Los dispositivos vuelven al ser instalados por un miembro de la banda con gran rapidez (en menos de 10 minutos) para apoderarse de más dinero. Este método siempre se utiliza cuando la sucursal bancaria está cerrada para que los usuarios del cajero no puedan entrar en la oficina con la intención de informar de supuesto fallo del dispensador de billetes. Mediante este procedimiento, tres individuos se apoderaron de cerca de 5.000 euros en menos de un mes en Málaga.

Los especialistas del Grupo de Fraudes de la Comisaría de Málaga detectaron varias denuncias por estafas en cajeros automáticos en las que coincidía el ′modus operandi′. Los cajeros, todos de la misma marca, habían sido manipulados con un sencillo procedimiento que atrapaba los billetes tras una operación de reintegro de efectivo.

Seguridad en los cajeros

La técnica consistía en colocar una pletina metálica cortada de la misma medida que la ranura de expulsión y adherida a la misma con un pegamento fuerte o cinta de doble cara. Además, el color metálico y el corte exacto de la pieza permitían su integración con los elementos propios del cajero, con lo que no levantaban en ningún momento las sospechas de los usuarios. De este modo, el cajero realizaba la operación de reintegro de dinero de forma completa y con normalidad, pero los billetes quedaban atrapados.

Los investigadores de la Policía Nacional establecieron un dispositivo de vigilancia en las entidades bancarias que utilizaban el modelo de cajero automático que manipulaban y analizaron las imágenes de las cámaras de seguridad de los bancos. De este modo lograron identificar y detener a tres hombres de nacionalidad rumana y edades comprendidas entre los 20 y los 31 años, como los presuntos responsables de las estafas.
Tras una ardua investigación, la Policía Nacional les imputó hasta 47 hechos delictivos cometidos con este método con los que obtuvieron un botín de cerca de 5.000 euros en menos de un mes.

El pasado mes de mayo, la Policía Nacional detuvo a otros dos hombres en Valladolid al ser sorprendidos cuando instalaban un dispositivo similar en una entidad bancaria ubicada la calle Puente Colgante. Los arrestados son M. C. M., nacido en 1987 en Rumanía y con domicilio en Sevilla, y I. A. B., nacido en 1990 en Rumanía y con domicilio en Málaga. A ambos detenidos le constan antecedentes policiales por robos con fuerza y hurto, respectivamente. Días antes se habían producido tres casos en los que los ladrones se hicieron con un botín de 1.500 euros.

Los jóvenes fueron detenidos cuando la Policía llegó al lugar de los hechos después de recibir un aviso de que dos personas manipulaban un cajero. Una vez allí, los agentes observaron a dos jóvenes en actitud sospechosa. En concreto, el varón que se encontraba realizando labores de vigilancia se marchó del lugar apresuradamente, aunque fue alcanzado cuando llegaba al Paseo Zorrilla. El otro, que se encontraba en el cajero, fue detenido cuando se disponía a pegar el dispositivo de inutilización del dispensador de dinero.

El utensilio no trataba de bloquear la tarjeta de crédito, sino que actuaba sobre el dispensador de dinero, de tal forma que las víctimas realizaban la operación sin ningún problema, pero el dinero no salía, al quedarse retenido por el juego de chapas metálicas que pegaban en el mismo.

Tras recuperar la tarjeta, la víctima abandonaba el cajero pensando que no le habían dado el dinero por algún problema. En Valladolid se denunciaron tres casos en los que sustrajeron 1.500 euros, dos casos en un cajero de la calle Puente Colgante y uno en otro del Paseo de Zorrilla, todos ellos a mediados del mes de mayo. En el momento de la detención se les intervinieron tres placas de metal, pegamento, punzones y 500 euros.

Los fraudes más habituales en los cajeros automáticos son el lazo libanés, el duplicado de tarjetas, el uso de silicona en las bocas de salida de los billetes o la réplica de frontales cajeros automáticos.
Las Navidades y las rebajas son épocas que aprovechan los delincuentes y timadores para intensificar las estafas en los cajeros automáticos.

El método del ′lazo libanés′

El método del ′lazo libanés′ consiste en un dispositivo, que bien en plástico o bien en cartulina, simula la ranura donde se introduce la tarjeta de crédito y cuya parte final está rodeada por un lazo realizado con cinta magnetoscópica (generalmente las utilizadas por las películas de vídeo), para evitar que el cajero reconozca la introducción de una tarjeta y conseguir su recuperación posterior.

En el momento que un usuario introduce su tarjeta ésta queda atascada, momento en el que aparecen los estafadores y ofrecen su ayuda y le dicen a su víctima que ellos también han tenido problemas con su tarjeta. Luego le facilitan un teléfono móvil para que se comunique con el servicio de información del cajero.

El número marcado por el estafador corresponde a un cómplice, que le comunica a la víctima los pasos a seguir para recuperar la tarjeta.
Le indica que tiene que marcar en el cajero 3 ó 4 números, seguido de un asterisco y el número clave de la tarjeta, pero no recupera su tarjeta.
Cuando la víctima abandona el lugar, se apoderan de la tarjeta y, con la clave en su poder, extraen dinero o realizan diversas compras en distintos establecimientos.

Clonación de tarjetas

El uso de cámaras ocultas representa el método más sofisticado de todos los que se utilizan para perpetrar una estafa en el cajero automático. Los dispositivos se instalan en cajas con folletos instalados cerca de la pantalla del cajero. La microcámara oculta permite visualizar prácticamente todo el frente del cajero, incluyendo el monitor y el teclado. Además, facilita el envío de una foto en forma inalámbrica hasta una distancia de 20 metros.

Algunos estafadores fabrican sus propios dispositivos, otros los compran en el mercado negro por algunos miles de euros. Estos generalmente son bastante sofisticados e incluyen teclados falsos, envían la información por Wifi e incluso por mensajes de texto.

Estos aparatos de pequeñas dimensiones son capaces de leer y grabar las bandas magnéticas de las tarjetas. Son mecanismos que tiene capacidad para almacenar miles de numeraciones.

La instalación de microcámaras y lectores de tarjetas en los cajeros permite a los delincuentes obtener los números secretos, los denominados PIN, y otros datos para clonar las tarjetas de los usuarios con las que luego pueden extraer dinero o realizar compras.

En los últimos años se ha registrado un aumento de este tipo de estafas, por el cual se saca dinero de la cuenta del usuario a través del cajero con un duplicado de una tarjeta de crédito. Tanto la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu) como la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae) instan a las víctimas a denunciar la estafa a la entidad bancaria, ya que ésta debe hacerse responsable del fraude y reingresar la cantidad sustraída, al haberse cometido la estafa contra el banco en el que se manipuló los cajeros.

Además, se recomienda solicitar a la Policía los vídeos que graban los cajeros afectados, para que se pueda demostrar que en la fecha y hora de la extracción no eran los titulares de la tarjeta quienes sacaban el dinero, ya que, según Adicae, algunas entidades bancarias no suelen poner a disposición de los afectados estos vídeos para no asumir responsabilidades.

La banca y los grupos de medios de pagos, que son los que asumen el pago de la mayoría de fraudes, han adoptado en los últimos años diferentes medidas de seguridad como es la implantación de un chip en las tarjetas o el envío de un mensaje de confirmación inmediata al teléfono móvil cada vez que se realiza un movimiento, para poner freno a este tipo de delincuencia. Asimismo, se han modificado las entradas de los lectores de tarjetas para dificultar que se pueda añadir cualquier mecanismo ajeno al mismo, y se han incorporado nuevos dispositivos capaces de detectar las estafas más comunes, además de teclados adaptados a la normativa Visa de seguridad, que incluyen tecnología inteligente de detección de fraude y otros sistemas para evitar su manipulación.

Consejos para evitar robos en cajeros

- Antes de introducir la tarjeta en el cajero, compruebe que no tiene ningún dispositivo sospechoso ajeno al mismo.
- Si la tarjeta ha quedado bloqueada reclame la presencia de un profesional de la entidad bancaria de que se trate.
- Si se encuentra cerrada la oficina, desconfíe de las personas ajenas a la entidad bancaria que le ofrezcan su ayuda para solucionar el problema.- Si han intentado estafarle con este método u otro parecido, contacte con el 091 de la Policía Nacional o el teléfono 062 de la Guardia Civil, que se encuentran a disposición del público las 24 horas del día.
- Si la entidad bancaria ofrece la posibilidad de alertar al consumidor con mensajes al móvil o al correo electrónico cuando se produce un movimiento en la cuenta, puede ser conveniente aceptarlo. Esto permitiría saber desde el primer momento que alguien está utilizando la tarjeta y atajarlo de inmediato.
- Mientras se marca el número secreto con una mano, es conveniente ocultar los movimientos con la otra. Así evita la posible grabación de su número secreto con una microcámara.
- Guardar la tarjeta magnética en un lugar seguro y verificar periódicamente su existencia.

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