¿Qué Hacer Cuando las Cosas No Van Bien en la Convivencia?

Cuando las cosas no van bien, lo mejor es darse un tiempo prudente, aunque solo sea para pensar en sí mismo. Luego todo puede volver a la normalidad.

Mario Uno
Mario Uno
25 de October · 370 palabras.
x

🕘 Resumen

La autora del artículo narra su experiencia de siete años de relación con su pareja, donde al principio todo iba bien hasta que decidieron vivir juntos. A partir de ese momento, comenzaron los problemas de convivencia: las manías y costumbres de cada uno no se adecuaban al otro y esto generó un conflicto. La autora reconoce que ella es muy radical con el orden y la limpieza, y él no se adapta a sus expectativas. Sin embargo, aclara que no todo fue culpa de su pareja y que ella también tiene sus propias manías. Ante esta situación, la autora plantea la necesidad de tomarse un tiempo y poner en alquiler su piso en Barcelona para pensar las cosas en frío y tratar de volver a encontrar la felicidad en la convivencia. En conclusión, la autora sugiere que ante los problemas de pareja lo mejor es hacer una pausa, reflexionar y encontrar soluciones para encontrar la armonía en la relación.
Llevo siete años con mi pareja. Estoy tan enamorada como el primer día y hasta el día de hoy no pensé nunca que fuera a decir esto, pero creo que necesitamos un descanso los dos. Hace dos años, cuando nuestra relación iba viento en popa, decidimos irnos a vivir juntos. Total, que compramos un piso en Barcelona y nos mudamos. Al principio, estábamos tan contentos con la decisión que en más de una ocasión nos planteamos darnos el "sí, quiero" en el altar ante todos nuestros amigos y familiares. Ahora recuerdo con añoranza esos momentos.

Y no los recuerdo así porque crea que no vaya a revivirlos de nuevo, sino porque no sé hasta qué punto podamos volver a reencontrarnos y sentir lo que en ese momento sentían nuestros corazones. Nuestros problemas como pareja empezaron precisamente al poco de decidir que necesitábamos vivir juntos. Ya saben, cada uno tiene sus manías, sus costumbres. Yo no me considero especialmente una obsesionada de la limpieza; me gusta tener la casa limpia, pero si un día no puedo hacerlo, ya lo haré al próximo. El orden es otra cosa y para eso sí que soy muy radical. No me gusta ir a buscar algo y tener que pegarme más tiempo tirando la ropa al suelo y colocándola luego que yendo a comprar nuevamente el objeto perdido. Con lo fácil y rápido que podría hacerse si todo estuviese donde tiene que estar.

Él no tiene culpa de haberse acostumbrado a unos hábitos que para mi no entran dentro de mis expectativas de convivencia con él; y ojo, yo también tengo mis cosas. Tampoco voy a decir que toda nuestra relación se fuese a pique por cosa suya. De eso nada. Ahora solo me queda pensar en quién se quedará con el piso en Barcelona, aunque creo que lo más adecuado sería poner algún cartel para alquilarlo, darnos un tiempo, pensar las cosas en frío y tratar que la convivencia no deje de hacernos felices.

Cuando las cosas de pareja no van bien, lo mejor será que alquiles o vendas tu piso en Barcelona. Quizás todo vuelva a la normalidad si cada uno hace su vida por separado.

Comparte tu conocimiento y tus intereses con el mundo.

Publica un artículo →