Recomendaciones para el Pie de los Más Pequeños en Verano

Como hemos venido viendo en otros artículos, es importante recordar el cuidado de los pies durante el verano para evitar futuros problemas y conseguir que nuestros hijos crezcan con unos pies sanos y fuertes.

Marketinet Agencia Interactiva
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13 de June · 595 palabras.
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🕘 Resumen

Durante el verano, los niños pasan mucho tiempo en piscinas y vestuarios públicos, donde es fácil que se produzca la proliferación de hongos. Por eso, es importante que siempre usen chanclas en las duchas públicas y en las piscinas. Además, es fundamental recordarles que no deben andar descalzos por los vestuarios. Si aparece cualquier síntoma de molestia, debemos acudir inmediatamente a un especialista para que pueda evaluar el problema. También es importante recordarles que las toallas y las chanclas no son intercambiables, cada uno debe usar la suya. En cuanto a las visitas a la playa, es recomendable animar a los niños a dar paseos por la arena y correr para activar la circulación de sus piernas y pies. Al salir de la playa, debemos usar las fuentes y las duchas para limpiar cuidadosamente los pies del niño y quitarle toda la arena que tenga pegada. En casa, debemos prestar especial atención al secado y aplicar cremas hidratantes para prevenir futuras durezas. Andar descalzo también ayuda a la formación del pie, por lo que es necesario permitir que nuestros hijos lo hagan. En resumen, es importante tomar medidas de prevención durante el verano para evitar infecciones en los pies de nuestros hijos.
En época estival los niños pasan mucho tiempo en piscinas y vestuarios públicos, espacios propicios para la proliferación de hongos. Es muy importante que los niños siempre lleven chanclas en duchas públicas, dejándoles claro que no deben nunca andar descalzos por los vestuarios y además, en las piscinas deben llevar puestas las chanclas hasta el borde para impedir cualquier contagio. Ante cualquier síntoma de molestia, debemos acudir inmediatamente a un especialista para que pueda evaluar el problema y cogerlo a tiempo antes de que se convierta en un mal mayor. Además, debemos recordar a los niños que las toallas y chanclas no son intercambiables, cada uno debe usar la suya y, evitaremos así las infecciones que vienen del contagio de hongos.
Durante el verano, también son comunes las visitas a la playa, donde los más pequeños se divierten jugando y arrastrándose por la arena, sin preocuparse luego de limpiarse debidamente. Es importante aprovechar estas visitas para animar a los niños a dar paseos por la arena, haciendo así que se active la circulación de sus piernas y pies y aún mejor, si los animamos a corretear jugando con ellos. De esta forma tanto nosotros como ellos nos beneficiaríamos de esto a la vez que nos divertimos. Una vez salgamos de la arena tenemos que usar las fuentes y duchas que hay en a la salida de las playas para lavar con agua limpia cuidadosamente los pies del niño, quitándole toda la arena que tenga pegada en los pies evitando que puedan producirse heridas con el roce del zapato.
En casa tampoco debemos olvidar los cuidados básicos del pie de nuestro hijo, que debemos tener en cuenta tanto en verano como en invierno. Recordad que tenemos que prestar una especial atención al secado, especialmente ente los dedos y es necesario, en esta época más que nunca, la aplicación de cremas hidratantes que les prevengan de futuras durezas. También hay que recordar que andar descalzo ayuda a la formación del pie, por lo que es muy típico regañar a nuestros hijos por andar sin zapatillas y en realidad estamos prohibiendo algo que les beneficia.
Además algo obvio de esta época es el cambio de calzado, pasando de botas, zapatillas, o bailarinas de niña a sandalias. Este cambio, puede producir rozaduras en los pies de los niños ya que el zapato roza directamente con el pie desnudo y puede tardar unos días en acostumbrarse. Para evitar en la medida de lo posible esto, debemos intentar ablandarlos si son nuevos. Si optamos por ponerle el calzado del año anterior, es recomendable dar una capa de crema por dentro para que los forros queden más blandos y no produzcan heridas. Además, algo adjunto al verano es la sudoración y más en los pies de los niños, que a pesar del calor siguen haciendo ejercicio y se mantienen activos. Por esta razón, los zapatos o zapatillas que elijamos para el verano deben ayudar a la transpiración y no siempre optar por la opción más económica es lo mejor. Si a pesar de estos consejos, los zapatos crean rozadura en los pies de nuestro hijo debemos lavar dicha rozadura con agua y jabón, cuidarlas con un antiséptico y poner una tirita hasta la curación de la herida.
Siguiendo al pie de la letra todos estos consejos conseguiremos pasar un verano disfrutando de nuestros pequeños y evitaremos algunos de los problemas que aparecen con la llegada del calor y que pueden llegar a estropearnos nuestras vacaciones.

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